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  Estamos en agosto. El calor aprieta y los bailarines necesitamos un cambio en nuestra rutina de trabajo.   Es el momento de aprovechar el agua para hacer una sesión de clase diferente, refrescante y divertida, que nos  ayude a mejorar el tono muscular requerido en la acción del salto.  Este medio es ideal, ya que se produce un menor desgaste óseo y articular, disminuye la carga del peso corporal y hay menor impacto al realizar movimientos complejos que requieren de la fuerza combinada de varios miembros a la vez.  La columna y las rodillas son, las que sin una buena amortiguación en el suelo sufren más. Por eso, el objetivo de este trabajo es aumentar el tono muscular necesario para realizar los Allegros con corrección y técnica, sin tensión ni sobrecargas.  Además, añadimos el beneficio de la flotabilidad y la sensación de seguridad a la hora de incrementar la potencia del despegue o aterrizaje sin riesgo de caídas. Como siempre aconsejo, la dificultad de los movimientos dependerán