Artículo.¿Danza versus Danza inclusiva?

¿Danza versus Danza inclusiva?

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Si consideramos la Danza, en cualquiera de sus disciplinas, como una actividad artística que promueve el desarrollo de todas las capacidades corporales a través de la música y la expresión de emociones. Que además puede dirigirse a un amplísimo espectro de alumnos, desde la enseñanza amateur para niños y adultos como actividad lúdica, a las que conducen a nuestros alumnos a las más altas cotas de profesionalidad, centrándonos en el trabajo y conocimiento profundo de la técnica y la ejecución virtuosa de los pasos. 

      Es innegable y bien conocida por los profesionales, docentes y estudiantes la multitud de beneficios que la práctica de la Danza aporta a las personas en su vida diaria. Pero no está de más que hagamos un breve recordatorio de  aquellos que más nos ayudan para crecer :

• Mejora la conciencia corporal. 
• Trabaja y potencia la fuerza, el equilibrio, la propiocepción, la psicomotricidad fina, la agilidad y las habilidades generales...
• Desarrolla todo el potencial físico
• Aumenta la capacidad de escucha, atención y concentración
• Fomenta la ayuda, la empatía y el trabajo en  grupo social
• Crea redes, estructuras y patrones de pensamiento nuevos 
• Canaliza las emociones mediante la expresión

Entonces, ¿Por qué no dirigir también la práctica de la Danza hacia colectivos con capacidades diversas?

  

Somos conscientes de la cantidad de profesionales de la Danza que en todo el mundo, desde sus aulas, promueven estas actividades con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. Grupos de Danza inclusiva nacen cada día, no solo en el ámbito de la enseñanza, sino como un abordaje artístico en los escenarios. Por eso se hace cada vez más necesario, incluir en los  programaciones habituales clases que aborden la Danza como ayuda para mejorar la calidad de vida y proporcionar bienestar.